Publicado: 21 octubre 2023 a las 6:00 pm
Categorías: Artículos / Documentos
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Esta forma de trabajar fomenta la autonomía de los estudiantes y les ayuda a desarrollar multitud de destrezas que pueden aplicar en su vida cotidiana. Ángel Garrido, doctor en Educación Física, explica qué ventajas tienen y cómo ponerlos en práctica.
El trabajo por rincones de aprendizaje es una estrategia pedagógica que se utiliza en la enseñanza para promover el aprendizaje activo y autónomo de los estudiantes: consiste en organizar el aula en diferentes áreas o rincones, cada uno de los cuales se dedica a una actividad o contenido específico. El alumnado va rotando entre ellos, lo que le permite participar en una variedad de actividades y aprender de manera más independiente.
Esta forma de trabajo tiene numerosas ventajas, sobre todo a la hora de aplicarla en la etapa de educación Primaria. El primero de ellos es la individualización del aprendizaje, pues trabajar por rincones permite a los maestros adaptar la enseñanza según las necesidades y habilidades individuales de cada estudiante. Los rincones pueden contener actividades de diferentes niveles de dificultad, lo que facilita la diferenciación instruccional y garantiza que cada menor avance a su propio ritmo.
También desarrollan la autonomía, pues al elegir sus actividades en estos espacios, los estudiantes tienen la oportunidad de tomar decisiones y asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje. Esto fomenta la autonomía, la toma de decisiones y la autorregulación, habilidades fundamentales para el éxito en la educación y la vida cotidiana. El fomento de la colaboración es otra de sus principales ventajas, ya que los rincones pueden diseñarse para promover la colaboración entre los estudiantes. Esto les ayuda a aprender a trabajar en equipo, comunicarse efectivamente y resolver problemas juntos, habilidades esenciales en la vida real y en el entorno laboral.
Los rincones permiten también incorporar una variedad de actividades y recursos que atienden a diferentes estilos de aprendizaje. Algunos estudiantes aprenden mejor a través de actividades prácticas, mientras que otros prefieren la lectura, la escritura o la exploración visual. De esta manera, los rincones ofrecen opciones para todos estos enfoques. La motivación y el compromiso también van de la mano en este enfoque, pues al dar la oportunidad de elegir actividades y trabajar en proyectos que les interesen a los estudiantes aumenta sus ganas de iniciar el aprendizaje. Cuando los niños están interesados en lo que hacen, es más probable que se esfuercen y se involucren activamente en el proceso de aprendizaje.
Además, estos espacios de aprendizaje pueden adaptarse a diferentes temas, contenidos y objetivos, lo que permite a los maestros utilizar esta estrategia en diversas áreas del currículo y en diferentes momentos del año escolar. Y a la hora de realizar la evaluación, mientras los estudiantes trabajan en los rincones, los docentes obtienen una comprensión más profunda de sus fortalezas y áreas de mejora. Esto facilita la evaluación formativa y permite ajustar la instrucción de manera más efectiva. Y otro de los beneficios que se extraen de trabajar por rincones es la preparación para la vida cotidiana: fomenta habilidades como la organización del tiempo, la gestión de tareas y la resolución de problemas, que son útiles en la vida diaria y en futuros estudios y carreras.
Para conseguir todo ello, desde la tutoría, puede resultar muy interesante realizar rincones desde diferentes áreas para poder trabajarlas de forma interdisciplinar; de esta manera podremos trabajar las áreas de Matemáticas, Lengua y Ciencias. Sin embargo, es necesario preparar al alumnado y a las familias para poder introducir el trabajo por rincones en el aula, es para ello que necesitamos seguir una serie de pasos clave:
Fuente:
https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/rincones-de-aprendizaje/
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