Publicado: 25 agosto 2025 a las 6:00 pm
Categorías: Artículos
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Por Firma Invitada
Concurso de robótica y programación para alumnos de 6 a 11 años de una escuela primaria. Luis Daniel Lozano Torres.
Cada día, casi cada hora, estamos usando códigos de diversos lenguajes de programación. Lo hacemos cuando utilizamos aplicaciones en nuestro dispositivo móvil para cocinar, entretenernos, escuchar música, incluso ir de un lugar a otro a través de un mapa u obtener referencias de algún restaurante. Dependemos de ellas para las actividades más básicas de nuestra existencia, pero desconocemos su funcionamiento interno.
En ocasiones, depender tanto de la tecnología sin saber cómo funciona trae como resultado problemas más grandes y en algunos casos menos manejables. Por ejemplo, el caso de la privacidad y seguridad: aceptamos los términos y condiciones de alguna aplicación o página web sin leerlos cedemos nuestra información personal, como la ubicación, fotos o contactos.
En el mundo académico, los estudiantes de diversos niveles educativos utilizan inteligencia artificial para potenciar estrategias de aprendizaje. No sólo para generar texto, sino para analizar grandes bases de datos, texto, y posteriormente convertirlos en podcasts o mapas mentales, entre otros productos que faciliten su comprensión y reflexión.
El uso que hacen es a menudo automático e irreflexivo, dejando de lado la parte crítica y los procesos cognitivos y metacognitivos necesarios para que su realización suponga realmente un aprendizaje.
Una de las mejores maneras de evitar este uso automático y acrítico es aprender programación en las primeras etapas educativas. Entender cómo funciona la tecnología permite desarrollar un pensamiento crítico ante ella y discernir cuál se adaptan mejor a nuestras necesidades, tanto académicas como cotidianas.
Se puede aprender a programar desde los primeros años, con actividades y robots especializados para estudiantes de preescolar, con los que niños y niñas pueden aprender jugando, ya sea por medio de dinámicas, videojuegos o interfaces muy amigables para los más pequeños. Por ejemplo Scratch, que les permite programar animaciones y robots virtuales solo con un navegador de internet.
Pensadores constructivistas desde Seymour Papert (ya en 1980) han defendido que toda persona debía desarrollar habilidades específicas de un pensamiento computacional. Pensar computacionalmente implica automatizar, evaluar, descomponer, pensar abstracta y algorítmicamente.
De hecho, el pensamiento computacional puede ser desarrollado con o sin el uso de tecnología. Cualquier juego en el patio, incluso de los tradicionales, en el que se van resolviendo problemas y sorteando obstáculos de manera estructurada, diagramas de flujo o laberintos contribuye a desarrollarlo.
La gamificación es una buena manera de desarrollar este tipo de pensamiento computacional “desenchufado”, que busca cultivar un enfoque crítico y reflexivo.
Para entender el efecto que la dependencia de la tecnología puede tener en nuestra mente si no sabemos cómo funciona utilizaremos la metáfora del fenómeno QWERTY. ¿Se ha preguntado alguna vez por qué es ese el orden de las letras que aparecen en la línea superior del teclado, a partir de la izquierda? Antiguamente, el orden de las teclas de una máquina de escribir debía de ser calculado minuciosamente, debido a que, si dos teclas se presionaban una después de otra, podían atascarse, por lo que se decidió que el orden de las letras fuera poco común, como “Q-W-E-R-T-Y”.
Con el paso del tiempo, se decidió dejarlo así en los teclados de computadoras, dispositivos móviles, entre otros. Llamamos “fenómeno querty” al uso de la tecnología sin conocer el origen ni la lógica con la que funciona.
El fenómeno QWERTY puede ser aplicado a las formas de pensar. Por ejemplo, la educación tradicional solía dar mayor importancia a la memorización y a seguir procedimientos paso a paso para resolver problemas. Estos métodos son comparables al diseño del teclado QWERTY: una solución del pasado que persiste por costumbre, a pesar de que hoy en día sabemos que hay formas más eficientes de aprender y pensar.
Actualmente, se le da mayor importancia a la comprensión, la lógica y la resolución de problemas de forma innovadora. Abandonar la inercia de los métodos antiguos para adoptar un enfoque de pensamiento más dinámico es un ejemplo claro de cómo superar esa actitud pasiva de aceptación de lo que hay porque es lo que había.
Cuando los niños aprenden desde pequeños que pueden desarrollar habilidades de programación sin tecnología, con simples juegos, prevenimos que sean víctimas del fenómeno QWERTY.
Las razones por las que los estudiantes se benefician de estudiar programación en la etapa primaria son las siguientes:
Algunos estudios demuestran que el desarrollo del pensamiento computacional es un elemento esencial de los programas de estudio, ya que ayuda a desarrollar habilidades clave para pensar creativamente en cualquier etapa educativa.
Incluso programando robots educativos sencillos se adquieren conocimientos y aprendizajes útiles como identificar patrones, resolver problemas y trabajar en equipo.
Luis Daniel Lozano Flores, Profesor investigador en Educación, Universidad de Guadalajara
Fuente: https://exitoeducativo.net/por-que-la-programacion-deberia-ser-tan-importante-como-las-matematicas/
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