Publicado: 13 junio 2025 a las 2:00 am
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Por Pablo Garcia de Vicuña
George Carlin, al pronunciarse sobre el pensamiento crítico, habló sobre los peligros de confiar nuestra vida y nuestra suerte a la toma de decisiones de una ciudadanía crédula, desinformada e irreflexiva. Este fue el propósito que anidó el Instituto de Estudios Educativos y Sindicales (IEES) de la Fundación 1º de Mayo, de CCOO cuando apostó por un nuevo informe. “Pensamiento crítico y Educación”, publicado en mayo, ha sido presentado en el Ateneo de Madrid, con amplia presencia de público, entre los que se encontraban secretarios de Estado de Educación, como el actual, Abelardo de la Rosa, el que fuera artífice de la ley LOMLOE, Alejandro Tiana y la nueva secretaria general de FECCOO, Teresa Esperabé.
El objetivo del informe era sencillo: relacionar el pensamiento crítico con la aptitud escolar; utilizar la escuela para sembrar en el alumnado la duda como valor de su aprendizaje; ofrecer puntos de vista que cuestionen las verdades inmutables de la educación. Para ello -y siguiendo al profesor universitario estadounidense Facione- es esencial en el pensamiento crítico desarrollar determinadas cuestiones: interpretación, análisis, evaluación, inferencia, explicación y autorregulación; de este modo se identificarán los elementos necesarios para sacar conclusiones razonables que ayuden a conocer una realidad más compleja de la que normalmente se nos presenta.
Luis Alfonso Iglesias Huelga introduce el citado informe son su artículo (“Pensamiento crítico y Educación: la urgencia de lo más preciado”) y ya desde su primer párrafo nos advierte que “Pensar es parte de la naturaleza humana y, sin embargo, nuestro pensamiento puede ser arbitrario, distorsionado, parcial o producto de la desinformación y de los prejuicios”. Por ello, Iglesias establece que hay que salir de la inercia docente, refugio para cuantas personas prefieren ver la educación como un medio y no como un fin en sí misma. De este modo, llama a ser más audaces. Así, temas como la pedagogía del decrecimiento, la biodiversidad, el cambio climático, la educación financiera, la Inteligencia Artificial o las falsas noticias se convierten en un gran angular del pensamiento crítico que permite a la vida entrar en la escuela y a la escuela salir a la vida como proponían los pedagogos de la Institución Libre de Enseñanza. El profesor finaliza la introducción apelando a la necesidad de formular preguntas que permitan a los estudiantes expresar sus opiniones, que les obligue a comparar diferentes fuentes, a posicionarse y a explicar qué han entendido.
En el artículo “Pedagogía del decrecimiento: Ecología con conciencia de clase para superar el capitalismo”, el profesor de la Universidad de León, Enrique Javier Díez Gutiérrez, no deja lugar a dudas: no es posible el crecimiento continuo en un planeta limitado. Propone combatir La crisis global que tiene una raíz común, el capitalismo, con una metodología de intervención educativa centrada “en la descolonización de nuestras mentes y de nuestras prácticas”. Hay que combatir el sistema capitalista, el consumismo y productivismo exacerbado, a través de la Pedagogía del decrecimiento, a través de “la descolonización del imaginario mental y colectivo en el que hemos sido formados”. El profesor Díez afirma que la educación puede ser parte del problema o de la solución: “De la solución si se implica activa y decididamente en ese proceso de desaprendizaje del pensamiento único capitalista neoliberal y de educación en el bien común y el mantenimiento de la vida. Del problema si sigue reproduciendo el actual sistema capitalista y su ideología neoliberal sin cuestionarlo en la enseñanza, con contenidos ajenos a la vida, con el emprendimiento, la educación para el mercado, la gestión de los centros como empresas…” En su opinión, educar para el decrecimiento conlleva inevitablemente educar al profesorado en su formación inicial y permanente, en todas las materias y asignaturas, desde infantil a la Universidad. Educar en la sobriedad frente a los deseos, en la justicia social para erradicar la pobreza, educar para trabajar menos; educar, en fin, para poner en manos comunes la soberanía tecnológica y digital actualmente en manos de macro corporaciones.
Jorge Miguel Lobo, en su artículo Biodiversidad, aclara rápidamente qué es hablar de vida; es decir, que la biodiversidad es la evolución de diversos organismos vivos. Y explica en qué consiste esta evolución: “Siempre que exista una fuente de variabilidad, un proceso de selección y un mecanismo que permita la trasmisión de las características seleccionadas a la siguiente generación, cualquier conjunto de entidades puede experimentar evolución”. A partir de ahí, el profesor Miguel se dedica a señalar los cambios catastróficos que la presencia humana, a través de milenios, ha realizado en la biodiversidad. En su opinión, el cambio climático, está por llegar en poco tiempo, lo que incidirá en el declive de las poblaciones, primer indicio de una extinción: “Movemos más superficie terrestre que la acción combinada de las mareas, los vientos, los ríos y los terremotos, y construimos el equivalente a la ciudad de Nueva York cada ocho días. Hemos modificado significativamente alrededor del 75% de la superficie terrestre, y la biomasa combinada de los seres humanos y su ganado es tres veces superior a la de todos los animales salvajes del planeta juntos. Además, hemos alterado la proporción de algunos gases en la atmosfera, con las consecuencias que esto tiene sobre la temperatura global. También hemos generado tal cantidad de compuestos nunca antes existentes en la naturaleza que hoy pueden encontrarse microplásticos y sustancias capaces de alterar el sistema reproductivo de los seres vivos incluso en los fondos marinos”.
Rodolfo Rieznik aborda en su artículo “Educación financiera o Educación fiscal y tributaria” otra de las cuestiones que desde una actitud crítica debería trabajarse en las aulas. ¿Es suficiente la información que se imparte como contenido económico de lo que se mueve en este país? ¿Hasta qué punto la incursión masiva de grupos bancarios en la educación permite una información veraz, desinteresada de lo que es necesario conocer para moverse en un estado capitalista? En opinión del autor, la actual educación financiera no ayuda ni fortalece económicamente a los ciudadanos; al contrario, debilita a los más débiles al legitimar futuras tropelías financieras. El profesor Rieznik parte de un principio incuestionable, pero que en muchas ocasiones se ignora: para la mayoría de las personas la riqueza económica es cómo poder resolver sus necesidades vitales diarias y disfrutar del confort y la dignidad mínima acorde con los tiempos que vivimos.
Ricardo Arana Mariscal con el sugerente título “I.A.: ni humana ni tonta” desbroza en su artículo algunos logros y fracasos que la inteligencia artificial ha manifestado hasta el momento. Con una atrevida y atractiva idea (dialogar sobre Educación con diversas herramientas digitales, como ChatGPT, Open AI, Copilot, DeepSeek, GEMMA 3 27B…) Arana plantea no caer en catastrofismos ni en ideas acríticas. A partir de diversas preguntas obtiene algunas certezas; por ejemplo, la necesidad de formación continua del profesorado, la consecuencia de ausencia de fatiga de las máquinas, los cuadros de ansiedad y dependencia de muchos usuarios/as… Pese a todo, Ricardo Arana reconoce no tener una idea clara sobre posibilidades y consecuencias de la introducción de la IA en la educación, aunque siempre deberíamos tener presentes los enormes desafíos éticos y prácticos asociados a su implantación.
La profesora de la Universidad de Deusto, Miren Gutiérrez Almazor, reconoce en su artículo que cada vez dedica más tiempo en el aula a las mal llamadas noticias falsas. De ahí que proponga una guía para acercarse a ese mundo de la desinformación. Como docentes, debemos ser muy conscientes de lo que se está jugando en este campo. “Los datos, primero, y la información –datos analizados—, segundo, son la base del conocimiento. Cuando la información se verifica, se compara, se organiza, se contextualiza y se mezcla con valores y experiencias, se convierte en conocimiento”. Gutiérrez desaconseja la utilización del término “noticia falsa”, porque si se acepta el calificativo, la noticia, como tal, no existe. De ahí la importancia de los medios periodísticos en el descubrimiento de tales bulos para evitar interpretaciones erróneas. Clarifica también el concepto de plataformas digitales a las que evita comparar con redes sociales, como habitualmente suele hacerse. “… plataformas como X y otras son en realidad sistemas centralizados y jerárquicos controlados por corporaciones, donde la información fluye gracias a algoritmos diseñados para maximizar la atención y la monetización de los datos, más que para facilitar una comunicación abierta y equitativa. Tampoco son sociales, dado que no se mueven por objetivos sociales. Se mueven por dinero.” La autora finaliza su artículo afirmando que la educación y, especialmente, el pensamiento crítico son herramientas esenciales para combatir la amenaza que supone la desinformación, porque permite a las personas identificar y evaluar críticamente la información, reconocer sesgos y manipulaciones y distinguir entre hechos y percepciones subjetivas.
Este informe del IEES pretende, precisamente, hablar de conocimiento a partir de dos acepciones que deben trabajarse con sumo cuidado: peligro e inutilidad. El/la docente debe conocer los riesgos/peligros que la educación entraña. De ahí que el discurso educativo, además de atractivo, deba estar abierto a la interpretación y atento a las amenazas que le rodean. Se debe utilizar la expresión “sentar cátedra” como equivalente al conocimiento suficiente, pero nunca de manera dogmática, que puede infundir la falsa creencia de no caber interpretación alternativa.
La docencia debe utilizar el conocimiento de forma profesional. No se debe cerrar este únicamente al sentido corto, inmediato del término, cuestión muy demandada por el alumnado, sino insuflarle la validez del mismo. Saber responder a la pregunta de “¿para qué me sirve aprender esto?” es aportar solidez al aprendizaje, clarificar la importancia de la formación en el tiempo concreto.
Informar para formar únicamente será productivo si somos capaces de acercar al alumnado a los conceptos educativos que les permitan preguntas, indagación, confrontación de ideas. Los tiempos de asociar el aprendizaje a la capacidad de memorización de conceptos pasaron hace mucho tiempo. La complejidad del mundo actual no puede explicarse de forma convincente con un único manual de referencia. Hay que fomentar el acto de preguntar por qué no solo permite obtener respuestas, sino también despertar reflexión y análisis, algo que, a su vez, impulsará un aprendizaje más profundo y significativo.
Fuente: https://www.eldiario.es/euskadi/blogs/viento-del-norte/pensamiento-critico-educacion_132_12383261.html
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