Publicado: 20 agosto 2025 a las 10:00 pm
Categorías: Artículos
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Por Jaime Ancajima.
La pandemia del covid-19 nos dejó muchas experiencias y nuevos aprendizajes en todos los campos de la vida, entre ellos el educativo. En algunos casos, nos vimos en la necesidad de aprender en el camino, sobre la marcha.
Antes de la pandemia, lo preponderante eran las clases presenciales, la pizarra, los libros y los materiales de trabajo del profesor. Hoy, con toda la tecnología a disposición, no solo para los profesores, sino también para todos los estudiantes y el público en general, el proceso enseñanza-aprendizaje ha variado bastante. Los docentes, júnior y sénior, han tenido que cambiar, modificar y adaptar sus metodologías de trabajo, material de enseñanza y estudio y hasta su manera de pensar y actuar para estar acorde con las necesidades, intereses, realidades y tipos de aprendizajes de los alumnos.
“La tecnología es solo una herramienta. Para que los niños colaboren y se motiven, el profesor es lo más importante”. Estas palabras de Bill Gates nos describen cómo trabajar con la tecnología en el aula. “La educación digital genera nuevas oportunidades de aprendizaje a medida que los estudiantes se involucran en entornos digitales en línea y el profesorado cambia sus prácticas educativas mediante cursos híbridos, instrucción personalizada, nuevos modelos de colaboración y una amplia gama de estrategias de aprendizaje innovadoras y atractivas”, afirma David Goodrum, profesor de la Universidad de Indiana, en los EE. UU.
Según Heriberto Gonzales, docente investigador de España, el profesor debe estar constantemente involucrado en un proceso de actualización respecto del desarrollo de las nuevas formas de comunicación e información desarrolladas a través de la tecnología. Se debe mantener informado sobre los usos que se le pueden dar este tipo de artefactos y buscar siempre su funcionalidad en los procesos de enseñanza de la lengua extranjera.
Al respecto, Bates (2015), explica que el profesor hace uso de la tecnología con dos propósitos: el primero le ayuda a desarrollar más adecuadamente su metodología; y el segundo, facilita los procesos de aprendizaje del estudiante. Otras investigaciones han percibido un tercer aspecto, relacionado con la innovación y la motivación hacia el aprendizaje, por parte de los niños en el aula de clase.
Gonzales agrega que estos avances tecnológicos se deben convertir en herramientas facilitadoras de los procesos de aprendizaje de una lengua, teniendo siempre en cuenta que el profesor determina el momento en que deben usarse dentro del aula de clase, la frecuencia y el modo en que debe emplearse, de tal manera que el estudiante determine el uso de las TIC, para afianzar su proceso de aprendizaje de la lengua inglesa y no para lo que comúnmente lo utiliza.
La Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado de España menciona en uno de sus artículos que nos encontramos inmersos en una sociedad tecnologizada donde los hábitos y estilos de vida se han transformado por el desarrollo constante e imparable de las tecnologías digitales y la Internet, ahora mucho más, por la inteligencia artificial. Adecuar el rol del docente, los contenidos y las metodologías de enseñanza se ha convertido en un reto necesario e incluso urgente, en un contexto social en cambio constante, en el que los jóvenes, rodeados de pantallas desde su nacimiento, han adquirido unos rasgos diferenciados a los de cualquier generación anterior.
En la era digital, el profesor debe adaptarse al entorno tecnológico; debe estar familiarizado con todas las herramientas y plataformas. El docente está llamado a ser un facilitador del aprendizaje para guiar a los estudiantes en este proceso, y a ser creador de contenidos digitales para complementar el proceso de enseñanza, y a utilizar la tecnología para una evaluación más eficiente y objetiva.
Asimismo, los maestros de hoy deben fomentar la comunicación y colaboración entre estudiantes, permitiéndoles trabajar en proyectos online, participar en foros de discusión y comunicarse con profesores y estudiantes de otros países. Además, necesitan aprovechar las nuevas tecnologías del lenguaje; es decir, utilizar herramientas de IA para la traducción automática, el reconocimiento de voz, la transcripción y el subtitulado automático, lo que facilita la adquisición de nuevas habilidades lingüísticas.
Por las demandas del mundo actual, es necesario repensar la enseñanza de los idiomas. Hace falta que el profesor esté capacitado para actuar en este nuevo contexto de manera adecuada y competente, tanto en el uso como en la aplicación pedagógica de las tecnologías.
Fuente: https://www.udep.edu.pe/hoy/2025/08/el-profesor-de-idiomas-en-la-era-digital/
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