El título de este libro es En peligro, pero la pregunta es: ¿a quién se aplica esto? Estas dos líneas dan comienzo a la obra del fotógrafo Tim Flach, quien en compañía del científico Jonathan Baillie, y la orientación de varios prominentes conservacionistas, ha pasado más de dos años capturando en imágenes a algunas de las especies más emblemáticas de nuestro planeta. “La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza -UICN- también ha sido un recurso inestimable que ilustra con un detalle fenomenal cuán rápido y con qué amplitud las especies animales están sufriendo descensos peligrosos y fatales” advierte Tim, sin dejar pasar la primera oportunidad de destacar la importante labor de esta institución para la consecución de su proyecto.
En Endangered, nos embarcamos en un viaje en el que descubriremos una sorprendente diversidad de especies en peligro de extinción, desde corales hasta osos polares, y los entornos específicos que necesitan para sobrevivir. También las amenazas causadas por nosotros, los seres humanos, a las que se enfrenta cada especie, entre las que se incluyen enfermedades, especies especies invasoras, la pérdida de hábitat, el comercio ilegal, la contaminación y el cambio climático.
La sociedad moderna está perdiendo el contacto con la naturaleza y con los ritmos básicos de la vida
De este modo, Endangered se trata de un libro extremadamente informativo, pero que va mucho más allá de ser una mera recopilación de instantáneas sobre el estado de las especies amenazadas: se trata de un experimento único que explora el papel de las imágenes en el establecimiento de una conexión emocional con los animales y sus hábitats.
Hoy, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, y las personas pasan menos tiempo al aire libre o en lugares salvajes. Hay más dispositivos móviles que personas en el planeta, y los niños del mundo desarrollado pasan una buena parte del día mirando una pantalla. La sociedad moderna está perdiendo el contacto con la naturaleza y con los ritmos básicos de la vida. Pocas personas tienen algún sentido de la posición de las estrellas, del ciclo lunar y el momento de las mareas. Todavía menos si se trata de cuando se producen las grandes migraciones de aves o insectos. “Continuamos alejándonos del medio ambiente que dio cobijo a nuestros antepasados durante millones de años y nos dio forma como humanos”.
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