Se trata de uno de los proyectos de emprendimiento que ha alumbrado la incubadora SEK Lab Junior desde que se creara en 2016 para fomentar e impulsar el espíritu emprendedor en el alumnado desde edades tempranas.
En el caso de Rurally la idea surgió porque las tres estudiantes son testigos directos de la despoblación rural, relata Flores durante una entrevista a Efeminista, ya que tienen pueblos y ven como “año tras año se va perdiendo población”.
Además de trabajar por revertir la situación, a través de su inmersión en el mundo del emprendimiento, las jóvenes han adquirido competencias como el liderazgo digital, la innovación, la comunicación, la creatividad o el trabajo en equipo, y en 2020 se convirtieron en las ganadoras de la XIV Competición Nacional de Miniempresas Junior Achievement.
Y aunque están “muy orgullosas de haber contribuido a luchar contra un problema tan grande que afecta a tanta gente”, de todo el proceso Paulina se queda con haber conocido a gente con las mismas inquietudes y con el impulso que esta experiencia les ha dado para poder pensar su futuro de una manera más consciente. Ejemplo de ello es que muchas chicas de su clase, qienes también han participado en el SEK Lab Junior, tienen la intención de montar su propia empresa cuando sean mayores, cuenta la joven.
Brecha de género del emprendimiento en España
Precisamente este es uno de los objetivos de la Institución Educativa SEK (IESEK): fomentar la cultura emprendedora desde edades tempranas para acabar con los estereotipos que existen en el mundo empresarial y romper la brecha de género del emprendimiento.
Actualmente, según el Informe GEM España 2019-2020, la Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) femenina es del 6 %, mientras la masculina es del 6,3 %, lo que supone que el 48,4 % de las personas emprendedoras son mujeres y el 51,6 % son hombres.
Asimismo, el informe revela que ellas emprenden más por necesidad que por oportunidad en comparación con los hombres. El problema con esta tendencia es que el emprendimiento por necesidad suele ser más propenso al fracaso que el motivado por una oportunidad, tal y como destaca el informe, y tiende a crear trabajos más precarios.
Además, las mujeres puntúan más bajo en las percepciones asociadas al comportamiento emprendedor y mas alto en la percepción de miedo al fracaso.
En lo que se refiere a ‘startups’ solo el 18 % están lideradas por mujeres, según el Mapa Emprendimiento South Summit 2020, y un 41 % tiene equipo mixto, 6 % más que en 2019.
“El emprendimiento no es una cosa de hombres”
Para garantizar un futuro con empresas sostenibles e igualitarias, el director de la aceleradora vertical de startups innovadoras en educación SEK Lab, Félix López, considera fundamental garantizar la educación en emprendimiento desde edades tempranas, y ve los diez años como una edad perfecta para empezar.
“Cuanto antes empecemos a fomentar el emprendimiento en las aulas antes se rompen los estereotipos“, asevera López.
En su caso, que forma parte de SEK Lab y SEK Lab Junior, y por lo tanto trabaja de cerca con el estudiantado, defiende que el emprendimiento ayuda a aprender habilidades tan importantes como “el autoestima, el liderazgo, el trabajo en equipo, la resiliencia o la oratoria”.
Con él coincide el director de Emprendimiento, Competencias y Compromiso Social de la Institución Educativa SEK, David Martín, para quien “el emprendimiento va más allá de montar un negocio, es una actitud ante la vida” que consiste en “identificar lo que no funciona y ponerte en marcha para cambiarlo”, explica.
Y asegura que “el emprendimiento no es una cosa de hombres, es una cosa de personas que se ponen en marcha para cambiar algo independientemente de su género”.
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