Chile, “Los chicos no duermen, los padres temen a sus hijos y la escuela teme a los padres”

Publicado: 2 junio 2025 a las 4:00 pm

Categorías: Noticias / Noticias América

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Chile, 02 de Junio de 2025, Por: La Capital Mar de Plata, https://www.lacapitalmdp.com

La neurocientífica chilena Carolina Pérez Stephens expuso sobre los efectos devastadores de la exposición temprana y excesiva a las pantallas. Advirtió sobre un futuro laboral incierto, el colapso emocional de niños y adolescentes, y la necesidad de una alianza firme entre familias y docentes.

“Si los adultos nos retiramos, el que educa es el algoritmo”, aseguró Carolina Pérez Stephens, educadora chilena especializada en infancia y neurociencias.

“El 60% de los chicos trabajará en empleos que aun no existen. Pero sí sabemos algo: si hoy no desarrolla pensamiento crítico, creatividad y empatía, no van a poder trabajar en nada”. Con esa frase, la educadora y neurocientífica chilena Carolina Pérez Stephens abrió su intervención en Mesa Chica, el ciclo de streaming coproducido por Canal 8 y La Capital, que se transmite todos los viernes.

Su diagnóstico fue tan claro como inquietante: estamos criando generaciones empantalladas, desreguladas y emocionalmente frágiles, y lo más preocupante es que los adultos —padres, docentes, profesionales— estamos paralizados o desorientados. “Los chicos ya no duermen. Los padres les temen a sus hijos. Y la escuela, a su vez, teme a los padres. Así no hay sociedad que aguante”, alegó.

Pérez Stephens, autora de los libros Secuestrados por las pantallas y Atrapados por la red, y reconocida por su enfoque crítico sobre el impacto de las pantallas en el desarrollo infantil, remarcó que el fenómeno no es una suma de casos aislados. Es una problemática estructural, que atraviesa clases sociales, geografías y culturas. Y América latina, lamentablemente, está entre las regiones más vulnerables: “Uruguay, Argentina y Chile son, según la OCDE, los países donde los chicos de 15 años menos prestan atención en clase. Y eso está directamente relacionado con el uso compulsivo del teléfono”, dijo.

El cerebro infantil no está listo

Desde una perspectiva neurocientífica, la autora explicó con claridad los mecanismos que las pantallas activan en los cerebros en desarrollo. “Un niño de dos años está diseñado para correr, explorar, jugar, aburrirse, frustrarse. Cuando le das una pantalla, esa arquitectura cerebral se ve completamente alterada. Le das placer artificial, dopamina tóxica, y después no le encuentra sentido a jugar a la pelota o leer un libro”.

Según explicó, esto no solo afecta la capacidad de atención, sino también zonas cerebrales vinculadas con la empatía, la compasión y el autocontrol. “Hay neuronas que simplemente no se conectan si el chico no vive experiencias reales, con otro ser humano que lo mire a los ojos, lo abrace, lo rete, lo ayude. A mí me gusta decirle a esa zona del cerebro ‘la oficina de ser buena persona’. Y esa oficina está en peligro”, advirtió.

Uno de los ejes más alarmantes que se desarrolló en la entrevista fue el trastorno generalizado del sueño en las infancias. “El cerebro hace su trabajo de crecimiento, organización y regulación emocional mientras dormimos. Pero si el chico se duerme con el celular o la tablet, su cerebro sigue en ‘modo día’ y no hace ninguna de sus funciones nocturnas”, explicó. El resultado: niños con pubertad precoz, con problemas de aprendizaje, de conducta, de regulación emocional, de crecimiento. Y todo eso se acumula y revienta en la adolescencia, detalló.

Un estudio chileno citado por Pérez Stephens revela que los adolescentes duermen, en promedio, solo siete horas por noche, cuando deberían dormir diez. “Y no es que estén somnolientos en clase. Están hiperactivos, impulsivos, desconectados. Y después, desde la escuela, se los cataloga como desinteresados o ‘malos alumnos’, cuando en realidad están colapsados”.

Padres en retirada, docentes desbordados

En una de las frases más comentadas de su paso por Mesa Chica, Pérez Stephens sintetizó el desequilibrio actual del sistema adulto: “Los padres le tienen miedo a sus hijos. Y las escuelas le tienen miedo a los padres. Nadie quiere poner límites. Nadie quiere quedar como el malo. Pero mientras tanto, los chicos hacen lo que quieren”, comentó.

Asimismo, reclamó una vuelta a lo básico: responsabilidad adulta, reglas claras, coordinación entre familia y escuela. “Hoy hay padres que le preguntan al hijo de seis años qué quiere almorzar, o dónde estacionar. No podemos funcionar así. Educar es acompañar, pero también es marcar un rumbo. Hay que dejar de preguntarles todo a los chicos”.

También apuntó a la necesidad de que las escuelas enfrenten esta crisis con valentía: “En Silicon Valley los grandes gurús de la tecnología mandan a sus hijos a colegios Waldorf sin pantallas. Les enseñan música, idiomas, arte. Pero en América latina los saturamos de contenidos, los dejamos con el teléfono desde los seis años, y les exigimos que sean creativos. Así no funciona”, completó.

Frente a esta situación, Pérez Stephens no propuso recetas mágicas, pero sí medidas concretas y urgentes: colegios 100% libres de celulares: desde preescolar hasta secundaria, sin excepción, nada de smartphones antes de los 14 años, y solo teléfonos “almeja” (sin internet) antes de esa edad, más juego libre, más naturaleza, más vida real y formación en neurociencia para padres, docentes y profesionales. “No se trata de modas de crianza. Hay que conocer cómo funciona el cerebro, para decidir con base científica qué darle o no a un niño”, enfatizó la profesional.

Futuro incierto

La entrevista cerró con una mirada preocupada sobre el mundo que se viene: “La inteligencia artificial avanza de forma exponencial. Muchos empleos van a desaparecer. Otros aun ni se inventaron. Pero lo que está claro es que nuestros hijos necesitarán creatividad, empatía, pensamiento crítico, capacidad de adaptación. Y eso no se aprende en una app. Se aprende jugando, leyendo, compartiendo con otros. Si no reaccionamos hoy, vamos a tener generaciones enteras de adultos inempleables”, indicó.

Pérez Stephens finalizó con un mensaje a las familias: “No tengan miedo de ser firmes. No teman ser impopulares. Educar también es frustrar. También es decir no. Pero sobre todo es estar ahí. Porque si los adultos nos retiramos, el que educa es el algoritmo”, argumentó.

Fuente: https://www.lacapitalmdp.com/los-chicos-no-duermen-los-padres-temen-a-sus-hijos-y-la-escuela-teme-a-los-padres/