Ana Caballé pone luz en la vida en penumbra de Rosa Chacel, una de las grandes escritoras del siglo XX

Publicado: 7 mayo 2025 a las 6:00 am

Categorías: Literatura

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Por Carmen Sigüenza

rosa chacel ana caballé

Se podría decir que Intima Atlántida, la biografía de la crítica literaria y profesora Ana Caballé, sobre la escritora española Rosa Chacel, una de las autoras más importantes de la narrativa en español del siglo XX, del grupo de Las sin sombrero y olvidada de la generación del 27 con respecto a sus colegas masculinos, arroja luz sobre una de las figuras que más estuvo en penumbra.

Víctima de un exilio exterior y de las jerarquías literarias, Rosa Chacel (Valladolid, 1898 -Madrid, 1994)  se caracterizaba por la introspección, el rigor intelectual y la defensa de la mujer insertada en la vida social y cultural, aunque no así del feminismo.

Chacel nunca llegó a tener el reconocimiento total. Ahora la publicación de Intima Atlántica (Taurus) pone en pie a esta escritora, autora de títulos como Barrio de MaravillasMemorias de Leticia ValleReflexiones de una mujer en galeraLa sinrazónAcrópolisSaturna o Teresa.

Intima Atlántida, la biografía que pone luz en Rosa Chacel

La biografía de Caballé, autora también de Concepción Arenal. La caminante y su sombra, 2018, Premio Nacional de Historia; Víctor Català. El poder de lo real (2019) y El saber biográfico o Reflexiones de taller, 2021, Premio Jovellanos de Ensayo, es un minucioso trabajo de encaje de citas, cartas, documentos, testimonios e investigación que permiten dar cuenta de su evolución vital y de los fantasmas que mantuvieron atada a su pasado a Chacel.

Sobrina nieta del dramaturgo José Zorrilla, Chacel nació en Valladolid en el seno de una familia culta y liberal. Educada por su madre, nunca fue a la escuela hasta que a los 17 años se matriculó, ya en Madrid, en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde estudió escultura. A partir de ese momento, la escritora comenzó sus colaboraciones en revistas como Hora de España y Revista de Occidente, y en 1930 publicó su primera novela, Estación de ida y vuelta.

Exilio en Roma, Brasil y Argentina

En 1939, terminada la guerra civil, Chacel se exilió junto a su marido, el pintor y subdirector del Museo de Arte Moderno Timoteo Pérez -quien salvó los fondos del Prado durante la guerra-, primero en Roma y después en Brasil y Argentina y no regresó a España de forma definitiva hasta 1975.

Gran parte de su obra la escribió en el exilio. Memorias de Leticia Valle (1945), Sobre el piélago (1952), La sinrazón (1960), La confesión (1971), Saturnal (1972) e Icada Nevada, Diada (1972) son algunas de las obras que editó en el continente americano y que el público español sólo comenzó a conocer a partir de 1972.

A partir de los años 70, su relación con jóvenes escritores que la admiraban —Pere Gimferrer, Clara Janés, Ana María Moix, Esther Tusquets, Vicente Molina Foix, Andrés Trapiello, Luis Antonio de Villena, etc.- la convirtieron en una referencia intelectual.

Obtuvo el Premio de la Crítica 1976 por Barrio de Maravillas, en 1987 se le concedió el Premio Nacional de las Letras Españolas y en 1993 la Medalla de Oro al Mérito de Bellas Artes.

“La novelista más importante de la generación del 27”

Según su biógrafa, Rosa Chacel mantuvo un pulso permanentemente conflictivo consigo misma. Fue pionera en su forma de encarar la comprensión del sujeto femenino y la expresión de la intimidad y escribió unos “soberbios” diarios y centenares de cartas cruzadas con los principales intelectuales de su tiempo.

Para la poeta y académica Clara Janés, Chacel, “no solo es la novelista más importante de la Generación del 27, sino que universalmente fue una pionera en la experimentación literaria, adelantándose 30 años al llamado “noveau roman”.

Pionera en su forma de encarar la compresión del sujeto femenino

Rosa Chacel fue una pionera en su singular forma de encarar la comprensión del sujeto femenino y la expresión de la intimidad, una dicotomía entre la pulsión de decir y la pulsión de callar, pero, además, fue autora de unos soberbios diarios y de centenares de cartas cruzadas con los principales intelectuales de su tiempo, añade la editorial Taurus.

La literatura de Chacel niega la claridad, niega la significación, querrá permanecer oscura y solo valorada por quienes reconoce sus pares intelectuales. De modo que la interpretación de su obra literaria nos dice que no quiere ser interpretada, solo valorada como desafío intelectual, aunque en sus diarios derrame, sin embargo, los contornos de su propio drama vital. Si no se ve en esta peculiar característica el núcleo de su escritura —unas novelas que se niegan a sí mismas como novelas y se presentan solo como dificultad— el acceso a la escritora bordea, en mi opinión, lo incomprensible”, escribe Caballé.

Fuente_ https://efeminista.com/ana-caballe-vida-rosa-chacel-escritora/