‘Por voluntad propia’ expone el tormento de una víctima de violencia sexual en un sistema que la culpa

Publicado: 1 febrero 2025 a las 6:00 am

Categorías: Libros

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Por Laura de Grado Alonso

por voluntad propia

“Sin víctimas declaradas, no hay delito. Soy culpable de que el delito exista porque yo lo he revelado.” Estas palabras de la escritora Mathilde Forget en su novela autobiográfica Por voluntad propia, colocan de inmediato en el centro del tormento psicológico que atraviesa una mujer víctima de violencia sexual, no solo por lo vivido, sino por la forma en que la sociedad y el sistema judicial la arrastran hacia un espacio de culpabilidad y de silencio.

Este título, inicialmente publicado en 2021 y que llega a las librerías en español bajo la edición de Tránsito, no es solo una novela; es un desbordante viaje emocional e intelectual que se adentra en los oscuros recovecos de la violencia sexual, narrado desde la perspectiva de quien se ve obligada a transitar un mundo donde su dolor no es validado y donde denunciar puede hacerla más culpable que el agresor mismo.

Con una mirada afilada y una voz que fusiona ligereza y rabia, Forget, escritora, compositora e intérprete francesa, ofrece una reflexión perturbadora sobre la culpa, la vulnerabilidad y las grietas de un sistema judicial que revictimiza a quienes buscan justicia.

‘Por voluntad propia’ o cómo la justicia revictimiza

La trama de Por voluntad propia, se despliega como un relato de intriga, cargado de interrogantes tanto legales como emocionales. La narradora se presenta en una comisaría “por voluntad propia” después de haber pasado la noche con un hombre, aunque los recuerdos están borrosos. ¿Qué ocurrió exactamente? ¿Fue ella la que fue a buscarlo? ¿O fue él quien vino a buscarla? El desconcierto no solo es el suyo, sino también el de un sistema que, en lugar de brindar apoyo, parece estar más interesado en encontrarle culpabilidad por su misma existencia como víctima.

“Lo primero que nos preguntamos es si lo que nos cuentan podría pasarnos a nosotros“, escribe Forget en un tono que invita a reflexionar sobre nuestra propia vulnerabilidad y la forma en que juzgamos las situaciones de otras personas.

A través de su narradora, se presentan las humillaciones cotidianas, la falta de empatía de los oficiales y la distancia emocional de aquellos que deberían ofrecer protección. Desde los detalles más crueles en el interrogatorio hasta la actitud fría y casi inquisitoria de las preguntas o, en muchos casos, afirmaciones que enfrenta: “Si él le había metido la mano en la boca, no podía estar agarrándola”, “¿En qué momento cambió?”, “¿Tiene amigos?”, “¿Por qué invitó a un hombre a su casa si es usted lesbiana?”, “¿La llave estaba en la puerta?”.

“No es la sintaxis, es el tono lo que pone de manifiesto la pregunta. Es desconcertante que el comandante espere una respuesta de mi parte respecto a algo que él afirma”, escribe.

Sin embargo, lo que realmente desgasta a la protagonista no es solo la brutalidad del interrogatorio, sino la forma en que la culpa se infiltra en ella. La misma mujer que sufrió el acto violento se ve forzada a defenderse, a justificarse, a preguntarse por qué fue ella quien reveló el crimen. 

La culpa y la vergüenza impuesta a las víctimas de violencia sexual

La prosa desgarradora se adentra en esa zona difusa de la culpa y la vergüenza impuesta, una zona en la que las víctimas se sienten responsables de lo que les ha ocurrido, como si el solo hecho de sobrevivir a la violencia las hiciera coautoras de ella.

Soy la víctima todavía viva de un delito. Complico las cosas“, narra.

El texto también se adentra en los efectos devastadores del trauma, como cuando la narradora expresa: “Si tuviese que llorar lo que la violación destruyó dentro de mí, lloraría toda la vida.” La herida es tan profunda que no puede ser completamente comprendida o compartida por los demás. Su cuerpo, dice, es el lugar del delito, pero en este caso “es un lugar del que nunca te vas”, “estás condenada a vivir con él”.

La historia también explora la desconexión emocional de sus amigos, quienes, avergonzados y temerosos, se alejan de ella. “Geraldine no se hace responsable de nada de aquella noche. Por vergüenza, culpabilidad o cobardía, hace como si no hubiese existido”, escribe Forget, revelando cómo, a menudo, el peso de la culpa se extiende también a quienes deberían brindar apoyo, quienes sienten que el dolor de la víctima es “demasiado difícil” de manejar.

A través de su obra, la escritora francesa lanza un claro llamado a reflexionar sobre cómo las mujeres —especialmente aquellas que no encajan en los moldes tradicionales de feminidad— son vistas como responsables de los abusos que sufren. 

Fuente: https://efeminista.com/por-voluntad-propia-mathilde-forget-violencia-sexual/