Publicado: 5 octubre 2020 a las 5:00 pm
Categorías: Entrevistas
Por: Olivia Alonso
El profesor de Educación de la Universidad de Granada Fernando Trujillo cree que las “grietas” abiertas por la crisis del covid deben de servir para ver y arreglar las debilidades del sistema educativo, entre las que destaca la necesidad de una transformación digital que vaya más allá del “reparto de tabletas”.
Así lo ha manifestado Trujillo en una entrevista con Efe con motivo del Día del Docente, en la que ha hablado también del libro “Aprender y enseñar en tiempos de confinamiento” (Catarata), que han elaborado investigadores de las Universidades de Granada (UGR) y Málaga (UMA) y que ha coordinado este experto.
Recién inaugurado el “atípico” curso 2020-2021, Fernando Trujillo asegura que este primer trimestre tiene “valor de experimento” y aboga porque se use para sacar lecciones y conseguir que el segundo y el tercero sean “puramente educativos y con un alto nivel de normalidad”.
El libro de los educadores ha sido prologado por el Secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, quien destaca las reflexiones de los expertos sobre el estilo de liderazgo que requieren los centros docentes en esta situación, sobre el papel colaborativo del profesorado o respecto a “la inevitabilidad de reconsiderar las prácticas habituales de evaluación para ponerlas al servicio del aprendizaje”.
.- P: ¿Por qué era necesario este libro?
.- R: Con este libro se cierra el ciclo que abrimos tras el estado de alarma con una investigación sobre cómo evaluar el tercer y último trimestre del curso pasado, al que sucedió un estudio sobre cómo creía la comunidad educativa que tenía que ser este curso 2020-2021, y que, ahora, rematamos con este texto de carácter didáctico, practico y útil. Recoge las voces de docentes para preguntarles que se puede hacer en concreto este año para que no sea un curso de pandemia exclusivamente, sino que también tenga valor educativo.
.- P: ¿Cómo vivió el cierre de los centros educativos el pasado marzo?
.- R-. El 12 de marzo estaba en unas jornadas de la Asociación Andaluza de Directores de Centros de Infantil y Primaria (Asadipre) en las que participábamos unos 200 docentes. Se recibió una llamada de la Consejería de Educación andaluza con el aviso de que saliera todo el mundo hacía sus centros porque el 13 se cerraban las aulas. Nadie se lo esperaba, aunque habíamos visto como China e Italia habían suspendido las clases para mantener unas tasas de contagios. Hoy habríamos tomado otra decisión, evidentemente.
P: ¿Estaba preparada la escuela para seguir con las clases de forma no presencial?
R: Había una falta de preparación absoluta. Ni siquiera sabíamos cuántos niños y niñas iban a poder asistir a esta nueva escuela a distancia que nos pedían que creáramos. El derecho a la educación quedó suspendido para un porcentaje importante de alumnos. Ahora se habla de un 10 por ciento de nuestros estudiantes, pero en marzo no sabíamos ni cuántos ni quiénes eran los que no tenían dispositivos electrónicos o conexiones en sus casas ni quién tenía la destreza suficiente para manejar los recursos.
Eso sí, hay que distinguir entre los centros que ya venían haciendo una transformación digital de su práctica educativa y los que no estaban en ese camino de incorporar la tecnología o plataformas, que han tenido que hacer un máster exprés en este tiempo.
P: ¿ Y cual es la situación ahora? ¿Se ha superado esta brecha digital?
R: Una de las imágenes que queremos promover con el libro es que la crisis no es una oportunidad cuando ha habido tantos muertos, enfermos y sufrimientos, pero sí una coyuntura para ver qué grietas se han abierto y cuáles son las debilidades del sistema para intentar arreglarlas.
España necesita la transformación digital de la escuela, pero hay que hacerla con mucha cabeza y con inversión a corto, medio y largo plazo. No solo hay que comprar dispositivos y repartirlos. Hay que pensar qué se va a hacer con ellos.
La tecnología ofrece una oportunidad de aprendizaje. El covid nos ha abierto los ojos en este sentido, pero este año hay que pensar lo que van a hacer los estudiantes en el aula y en casa. No se trata solo de tenerlos entretenidos, sino de que hagan algo con valor que les conecte en la red con otros estudiantes.
.- P: En el libro se destaca que la Educación es una actividad planificada, pero, sin embargo, se sugiere que este año va a estar rodeada de incertidumbre y cierta improvisación.
.- R: Como decía el catedrático de la Universidad Carlos III, Antonio Rodríguez de las Heras, fallecido por covid la pasada primavera, avanzamos en un tren al mismo tiempo que se ponen las vías. Esa es la sensación: vamos a mucha velocidad tomando decisiones en todos los planos cada día y muchas de ellas no sabemos ni a dónde nos conducen.
La Educación es una actividad muy planificada y hemos empezado el curso con decisiones tomadas a finales de agosto y principios de septiembre, que nos han cambiado el panorama completamente.
Terminamos el curso pasado con el mantra de la presencialidad y al término del verano se constató que había combinarla con las clases en línea, lo que nos volvió a pillar a los centros con el paso cambiado y nos ha obligado a recuperar el aprendizaje del último trimestre.
Y, de nuevo, los más preparados están sufriendo menos, mientras que otros han tenido que planificar sobre la marcha cambiando horarios, organización o la distribución de las aulas.
Por eso, este primer trimestre tiene el valor de un experimento educativo a gran escala y tenemos que poner lo mejor de nosotros para que salga bien. Pero además, hay que estar atentos y sacar las lecciones adecuadas para que el segundo y tercer trimestre sean puramente educativos y con un alto nivel de normalidad.
P.- ¿Hay que potenciar la voz de los centros en este período?
R: El liderazgo de los equipos directivos es más necesario que nunca y tienen que dar un paso al frente con una visión clara de lo que ocurre y lo que se necesita. Además, hay que potenciar la colaboración interna de todo el profesorado y el trabajo en equipo.
Todo ello sin olvidar que este año sin las familias esto no funciona y estas necesitan mucha información y transparencia para conocer lo que se puede hacer con los recursos.
P: Les preocupa el papel de los Ayuntamientos. ¿Qué tendrían que hacer?
R: Muy pocos se han pronunciado sobre sus planes educativos en este año de pandemia. Esperamos no tener que volver a un confinamiento de país, pero sí vemos y seguiremos viendo, cierres de ciudades. Y no han dicho qué van a hacer en Educación, cuando van a ser los grandes perjudicados si se dispara la tasa de contagios.
P: ¿Quién debería leer este libro?
R: Cualquier persona que este preocupada por la Educación en estos momentos.
Fuente:
www.lavanguardia.com/vida/20201005/483865471315/docentes-urgen-a-un-cambio-digital-que-vaya-mas-alla-del-reparto-de-tabletas.html
Deja un comentario