La motivación no sustituye al esfuerzo del alumnado

Publicado: 30 septiembre 2025 a las 6:00 pm

Categorías: Artículos

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Por Jordi Martí

Hay una frase que me irrita como cuando la tiza nueva raspa contra la pizarra. Esa frase, muy de moda en la actualidad es… “Si motivas suficiente, el resto viene solo”. Suena bien en congresos. Suena aún mejor en stories de Instagram con filtro. Pero en el aula real, no cuela.

La motivación importa. Claro que sí. Pero no es la gasolina única del aprendizaje; es el chisporroteo inicial. A veces ni eso. Pero, lo que convierte el chisporroteo en motor son prácticas concretas. Y esas prácticas son esfuerzo sostenido, práctica deliberada y estrategias que realmente consolidan el recuerdo. Y eso no es glamour, es trabajo.

¿La evidencia? La hay y es contundente. Revisiones y metaanálisis señalan que ciertas técnicas (pruebas intercaladas, espaciado, práctica de recuperación) generan ganancias robustas en retención y transferencia del aprendizaje mucho más allá de cualquier “pico” motivacional (Roediger & Karpicke, 2006; Dunlosky et al., 2013). Lo que la investigación llama “difficulties” bien dosificadas —intercalar, espaciar, obligar a recordar— mejora la memoria a largo plazo (Bjork & Bjork, 2011). Para que lo entendamos sin tanta palabreja… hacer trabajar el cerebro de forma inteligente, aunque duela un poco, funciona mejor que empapelar la clase con posters motivacionales.

Además, la motivación sola no predice buenos resultados si no viene acompañada de regulación del esfuerzo. Estudios recientes muestran que la motivación puede facilitar buenas estrategias de estudio, pero es la combinación con la gestión del esfuerzo y la práctica deliberada la que realmente explica el rendimiento (Kusurkar et al., 2012; Floris et al., 2023). Dicho de forma brutal… querer y motivarse mucho no es lo mismo que hacer mucho, y son los “haceres” los que cuentan.

Tampoco nos salvamos con el mito del “grit” al que tanto se le cantó la oda. Sí, la perseverancia (o coraje) ayuda, pero su efecto es modesto y depende del contexto; no sustituye a que el alumnado use técnicas efectivas de estudio (Duckworth, 2007; Jachimowicz et al., 2018). El héroe no es la voluntad heroica; es la práctica bien diseñada.

¿Qué significa esto para un docente real que tiene que sacar adelante una programación con 30 alumnos y poco tiempo? Significa fundamentalmente tres cosas:

  1. Debes priorizar técnicas con evidencia sobre algo con “buen rollo” sin método.
    Los exámenes —hacer que el alumnado recupere información— funcionan. No es solo evaluar; es aprender al evaluar. Programar tests cortos, autoevaluaciones o actividades de recuperación mejora la retención más que horas de relectura (Roediger & Karpicke, 2006; Dunlosky et al., 2013).
  2. Debes enseñar cómo estudiar, no solo qué estudiar.
    No basta con pedir trabajo para casa. Se debe enseñar a espaciar el repaso, a intercalar ejercicios, a transformar resúmenes en preguntas para recuperar. Entrenar estrategias explícitas, ya que el alumnado no las inventan por sí solos (Dunlosky et al., 2013). Lo sé, esto también ataca la línea de flotación de aquellos que defienden que el alumnado «cree su propio aprendizaje de forma autónoma».
  3. Debes combinar la motivación con una estructura clara de lo que quiere explicar.
    La motivación sube la disposición; la estructura organiza la acción. Si motivas y no ofreces pasos claros (tareas concrejas, tiempos, feedback inmediato), la energía se disipa. Planes de trabajo con metas intermedias y retroalimentación frecuente “sostienen” la motivación en la práctica.

Un par de verdades incómodas para cerrar. En primer lugar, muchas “actividades motivadoras” que vemos en redes son espectáculos que ocultan pobre diseño instruccional. Bonito, sí; efectivo, no siempre. En segundo lugar, preferir “motivar por motivar” es una manera elegante de no pedir esfuerzo. Y pedir esfuerzo no es maltrato. Es respeto. Si crees que tu alumnado puede más, pídelo. Pero pídelo bien, con medios para conseguirlo.

No renuncies a motivar. Motiva. Pero no creas que tu trabajo acaba ahí. La evidencia nos pide algo más. Nos pide diseñar prácticas que obliguen a pensar, a recordar y a practicar con intención. La motivación enciende la chispa. El esfuerzo regulado, las prácticas efectivas y el feedback la convierten en algo duradero.

Bibliografía

  • Roediger, H. L., & Karpicke, J. D. (2006). Test-enhanced learning: Taking memory tests improves long-term retention. Psychological Science, 17(3), 249–255. https://doi.org/10.1111/j.1467-9280.2006.01693.x
  • Dunlosky, J., Rawson, K. A., Marsh, E. J., Nathan, M. J., & Willingham, D. T. (2013). Improving students’ learning with effective learning techniques: Promising directions from cognitive and educational psychology. Psychological Science in the Public Interest, 14(1), 4–58. (Revisión exhaustiva sobre técnicas con evidencia). https://doi.org/10.1177/1529100612453266
  • Bjork, R. A., & Bjork, E. L. (2011). Making things hard on yourself, but in a good way: Creating desirable difficulties to enhance learning. En M. A. Gernsbacher (Ed.), Psychology of Learning and Motivation. (Perspectiva sobre espaciado, intercalado y otras “dificultades deseables”). https://bjorklab.psych.ucla.edu/wp-content/uploads/sites/13/2016/04/EBjork_RBjork_2011.pdf
  • Kusurkar, R. A., Ten Cate, T. J., van Asperen, M., & Croiset, G. (2013). How motivation affects academic performance: a structural equation modelling analysis. Advances in Health Sciences Education. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3569579/
  • Floris, M., Paganin, G., Guglielmi, D., & Mazzetti, G. (2023). Motivation is not enough: how career planning and effort regulation predict academic achievement. Current Psychology. (Estudio reciente que articula motivación y regulación del esfuerzo). https://link.springer.com/article/10.1007/s12144-023-05070-6

A veces os pongo bibliografía que tiene acceso restringido. Hay muchos lugares donde la podéis consultar porque algunos se saltan la normativa y os la cuelgan en la red. Yo no lo voy a hacer porque, como he dicho siempre (me guste más o menos), todo el mundo tiene derecho a poner su trabajo mediante acceso libre o restringido. Es su decisión. Al igual que la mía, por ahora, es daros acceso libre a todo lo que publico en este blog. Algo que llevo haciendo desde hace más de quince años.

Y otro tema que no quiero que se me pase. Estos artículos, con bibliografía, son borradores que tenía pendientes de publicar desde hace tiempo. Ahora no me da la vida para leer tanto sobre investigación educativa como lo que leo en verano o leía hace unos años. Pero, como los debates son repetitivos y, por desgracia, la educación no es algo que se modernice demasiado más allá de las siglas que algunos se empeñan en vender como «revolución», creo que no es malo tirar de estas publicaciones que he revisado en profundidad (espero no se me cuele nada) antes de darle a publicar. Esperando, claro está, que os resulten interesantes.

Fuente: https://xarxatic.com/la-motivacion-no-sustituye-al-esfuerzo-del-alumnado/