Infancias vulnerables frente a la violencia, ¿Qué le estamos debiendo a la niñez?

Publicado: 22 agosto 2025 a las 6:00 pm

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Guatemala, 22 de Agosto de 2025, Por Isela Espinoza, https://prensacomunitaria.org

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El 23 de julio trascendió la noticia que una niña de 12 años presuntamente atacó con un cuchillo a su maestro de quinto grado, en una escuela de Huehuetenango. Horas después él murió. En un operativo posterior al hecho, las autoridades encontraron en la casa de la menor una carta que podría haber sido  escrita por ella que decía: “Esto se merecía por haberme tocado y abusado de mi, idiota, todos me la pagan, aún no termino con esto, mataré a todos los profesores varones”. Este caso evidencia la vulnerabilidad a la que están expuestas las infancias en un contexto de violencia normalizado.

En la aldea Cambote, zona 11 de Huehuetenango, trascendió un hecho en el que una niña de 12 años presuntamente atacó a su maestro de quinto primaria con dos cuchillos de mesa, lo que ha colocado la discusión sobre hechos graves relacionados con las infancias y que son poco comprendidos y atendidos por la sociedad.

El maestro Pedro Enrique Herrera Tello de 72 años, murió 12 horas después de ocurrido el hecho. El ataque provocó señalamientos y criminalización hacia las niñas, niños y adolescentes expuestas a condiciones vulnerables.

“Si vamos formando y acompañando a las infancias vamos a poder tener una sociedad más en paz. Pero nos están ganando la carrera grupos que no necesariamente les importa la paz, como las pandillas. También las redes sociales, los videojuegos, el exceso de información que no son para la edad de las infancias y adolescencias. Esto también es consecuencia de normalizar la violencia”, opinó María Guisel de León, directora de Servicios Victimológicos del Instituto de la Víctima, a propósito del hecho.

La aldea Cambote fue tendencia en redes sociales e incluso en titulares de medios internacionales. Esta se encuentra aproximadamente a 222 kilómetros de la ciudad de Guatemala y forma parte de las zonas urbanas de la cabecera de Huehuetenango, el segundo departamento más poblado del país con 1 millón 170 mil 669 habitantes, según el censo poblacional de 2018. De los cuales, 6 mil 667 residen en Cambote, lugar donde existe un sitio arqueológico con el mismo nombre.

En Huehuetenango conviven nueve pueblos indígenas. El censo de 2018, registró que en Cambote predominan los pueblos Q’anjob’al, K’iche y Mam.

En una calle estrecha se encuentra la Escuela Oficial Rural Mixta Aldea Cambote, en donde impartía clases a quinto grado de primaria Pedro Enrique Herrera Tello de 72 años, atacado el 23 de julio, supuestamente por una de sus alumnas. Esta escuela es la responsable de impartir los niveles preprimario y primaria, es decir la atención para infancias entre cinco y 12 años.

Desde que esto ocurrió, la incertidumbre, la tristeza, el enojo y la frustración han invadido a la comunidad educativa y al resto de los habitantes. Las clases en esta escuela fueron suspendidas tras el fallecimiento del “Profe Pedrito”, como era conocido.

Tras dos días de guardar el duelo, las clases fueron reanudadas menos para los alumnos de quinto primaria. Al regresar, en el patio de la escuela se colocó un altar con flores y la fotografía del “Profe Pedro” en donde rindieron homenaje a su trayectoria. La Escuela Oficial Rural Mixta Aldea Cambote fue el último lugar en donde impartió clases previo a jubilarse.

Los estudiantes de quinto primaria volvieron a clases el 7 de agosto aunque aún no tenían un maestro titular asignado por el Ministerio de Educación.

Hasta el momento se desconocen las circunstancias en las que ocurrió el incidente debido a que el caso está en reserva por involucrar a una menor de edad. Según testigos ese día 23, parecía uno como cualquiera. La jornada terminó a las 12:30 horas, maestros y maestras terminaban de recoger libros, cuadernos, marcadores, entre otros útiles escolares utilizados durante el día.

Minutos después, el caos y el desconcierto invadió el patio. Testigos recuerdan la escena que inició con una alerta por otros niños que vieron al profesor desangrándose en el aula de quinto primaria sección “A”, ubicada en el segundo nivel.

Las primeras investigaciones del Ministerio Público (MP) a cargo de la Fiscalía de Distrito de Huehuetenango, señalan que una alumna de 12 años se encontraba dentro de un aula sola con su maestro, a quien habría agredido con dos cuchillos de mesa que llevaba en su mochila, con los que le provocó siete heridas.

El Ministerio Público y la Policía Nacional Civil realizaron el 28 de julio un operativo en la vivienda de la menor, en donde fueron halladas: siete armas blancas similares a las utilizadas en el ataque al profesor y una carta. Estos se encontraban envueltos en una sábada en donde también estaban ocultos teléfonos móviles que serán sometidos a análisis. La carta según medios nacionales será analizada y decía “Esto se merecía por haberme tocado y abusado de mi, idiota, todos me la pagan, aún no termino con esto, mataré a todos los profesores varones”.

Durante los casi dos meses que el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG) estuvo en huelga, las clases eran irregulares y los días que debían presentarse los alumnos, la niña no acudió.

La fiscal del MP a cargo informó que la estudiante vestía el uniforme del establecimiento, pantalón y chaqueta azul con líneas. “La fiscalía cuenta con dos líneas de investigación. La primera está basada en que este ataque se deriva al bajo rendimiento académico de la menor por lo cual ella habría tenido inconvenientes con el maestro. Y la segunda línea de investigación se encuentra bajo reserva para resguardar la integridad de la menor de edad”, afirmó María José Mansilla, portavoz del MP.

Agregó que “las heridas comienzan en el hombro izquierdo, posteriormente bajan al dorso del docente y le da la última herida en el área de la ingle en la parte derecha”. El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) confirmó en un informe que el maestro murió por una hemorragia masiva provocada por una de las heridas.

Fuentes consultadas por Ruda, que pidieron el anonimato, relataron que la niña habría acudido a la hora de salida a traer a su hermana, cinco años menor que ella, la sacó del portón e ingresó nuevamente a la escuela, pero esta vez se dirigió hacia el segundo nivel a un aula en donde se encontraba el maestro. Luego aparentemente, unos niños regresaron al aula y vieron al profesor en el suelo que a pesar de las heridas, les pidió que llamaran al director del establecimiento.

Maestros y personal de la escuela acudieron al aula en donde se encontraba herido Herrera. “Uno de ellos le dio una animación al profe para que pudiera respirar en ese momento”, contaron. Según los Bomberos Voluntarios, el docente fue trasladado en estado delicado a un centro asistencial donde murió 12 horas después de haber ingresado.

Luego del hecho, la menor se encuentra bajo resguardo de la Procuraduría General de la Nación (PGN) ya que no puede ser procesada penalmente, una delegación de esta entidad en Huehuetenango se presentó para verificar el estado de salud de la menor.

El procurador general de la Nación, Julio Saavedra, dijo que dicha institución verificó el estado emocional de los alumnos del profesor y que “todo lo relativo a este caso tiene reserva conforme a la ley y no podemos dar detalles”, así como que han activado medidas de protección para la niña a cargo del Juez de Primera Instancia de Huehuetenango y de la Secretaría de Bienestar Social (SBS)”.

Tanto la Constitución Política de la República de Guatemala como la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (Ley PINA) establecen que a las niñas y niños menores de 13 años solo se les pueden aplicar medidas de protección, mientras que a los adolescentes de 13 a 18 años en conflicto con la ley penal, se les prevé un proceso especial con sanciones socioeducativas como amonestación, libertad asistida, prestaciones a la comunidad o internamiento en centros especializados.

Lucrecia Prera, jefa de la Procuraduría de la Niñez y la Adolescencia de la PGN, durante una entrevista con la radio Emisoras Unidas dijo el viernes 25 de julio que “el acompañamiento psicológico, la PGN no lo realiza, ya que su función es únicamente evaluar y establecer cuáles pudieron ser las situaciones que estén afectando a la niña y luego ante un juez de niñez y adolescencia se ordenan esas medidas que incluye el acompañamiento psicológico. La niña está en representación legal de su progenitora”, y agregó que también tomarán en cuenta la reacción social de los vecinos ya que la niña puede estar siendo estigmatizada y esto se toma en cuenta para definir “la mejor ruta para atender a la menor”.

Violencia contra las niñas, un problema que ocurre en silencio

El entorno familiar puede ser un lugar seguro para las infancias o de violencia que muchas veces los menores de edad viven en silencio. Esto provoca trastornos de salud física y mental como ansiedad y depresión.

Por otro lado, el contexto educativo constituye el segundo lugar de protección de niños, niñas y adolescentes debido a que es ahí, después del hogar, es donde pasan más tiempo, según el informe “Rostros de la violencia contra la niñez y la adolescencia en América Latina y el Caribe”.

En este entorno, las infancias están expuestas también a violencias como el acoso escolar y violencia estructural por razones de género, este último puede causar abandono escolar y deterioro del desempeño académico.

Los datos que principalmente evidencian esta serie de violencias son los embarazos en niñas y adolescentes de 10 a 19 años. En 2024, el Observatorio en Salud Reproductiva (OSAR Guatemala), registró 56,568 nacimientos en niñas de estas edades de los cuales 6,677 ocurrieron en Huehuetenango.

Según el estudio de la Unesco Behind the numbers: Ending school violence and bullying, la mitad de los estudiantes de Latinoamérica y el Caribe, entre 10 y 14 años, declaró haber sufrido algún tipo de acoso escolar. Muchos de esos casos e incidentes de violencia y de abuso habían sido subestimados y no se reportaban por miedo a represalias, desconfianza en el sistema o desconocimiento de los mecanismos de reporte.

Una de las hipótesis que creen algunos maestros que pudo haber generado el ataque, es que el profesor se negara a recibir las tareas atrasadas de la niña ante su ausencia en los últimos dos meses.

Prensa Libre cita a fiscales que afirman ahora se analiza un posible incumplimiento de deberes de otros docentes de la escuela por no actuar para resguardar la integridad de la menor dentro del establecimiento. Agregaron que esperan los informes médicos y la evaluación de la PGN para determinar si la niña fue víctima de abuso sexual. Además, la carta también será sometida a análisis grafotécnicos para determinar si la niña escribió el mensaje.

Ruda buscó información con la Gobernación departamental de Huehuetenango, sin embargo, indicaron que por la reserva legal del caso no podían brindar declaraciones al respecto.

Los rostros de la violencia contra las infancias

En julio de 2020, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y el Instituto de Investigaciones en Ciencias del Comportamiento de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” realizaron el informe “Rostros de la violencia contra la niñez y la adolescencia en América Latina y el Caribe” en donde detallan que la violencia infantil es un fenómeno multicausal que se produce en los entornos del desarrollo: familiar, educativo y social.

Según el estudio, la pobreza y la exclusión social son importantes factores impulsores de la violencia en todas sus formas que tiene diferentes impactos según el género y la edad. En países como Guatemala, Haití, Honduras y México la pobreza infantil es mucho más crítica que en el resto de los países de la región: más del 50% de niños y niñas viven en hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza, resaltó.

Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2023, el 39.5% de la población se ubica entre los 0 a 17 años siendo los niños, niñas y adolescentes el segundo mayor grupo poblacional. En cuanto a la pobreza, el Encovi señaló que el 56% de la población (9.7 millones de guatemaltecos) es pobre y la mayoría se ubica en el área rural afectando al 64.7% de niños, niñas y adolescentes. En cuanto a Huehuetenango, la Encovi lo ubica como el tercer departamento con mayor pobreza por detrás de Quiché y Alta Verapaz.

El estudio “Rostros de la violencia contra la niñez y la adolescencia en América Latina y el Caribe” resalta que, sin ánimo de criminalizar la pobreza, la privación de oportunidades y la naturalización de la violencia pueden alentar comportamientos violentos en las infancias.

La directora de Servicios Victimológicos del Instituto de la Víctima, María Guisel de León, explicó que, entre los 0 y 13 años de edad, las infancias aún se encuentran en formación cívica, en temas de sexualidad e identidad y hechos como el caso de la niña de 12 años marcan un antes y un después en el desarrollo de la menor y de sus familiares cercanos.

Actualmente, las infancias están inmersas en un mundo violento que se refleja en las redes sociales y medios de comunicación que narran, la mayoría del tiempo, asaltos, extorsiones, balaceras, accidentes de tránsito, entre otros hechos que han sido naturalizados por la sociedad que ya no se escandaliza ante ellos.

Un proyecto de vida interrumpido

Según el Refugio de la Niñez solo en lo que va del 2025, hay 9 mil 220 denuncias de violencia por delitos contra la niñez, registradas por el Ministerio Público, de las cuales, 5 mil 293 son por maltrato, 2 mil 490 por violencia, 1 mil 074 por agresión sexual y 72 por pornografía. Un fuerte incremento a lo monitoreado en el 2024, cuando la institución registró 6 mil 114 denuncias.

¿Cómo afecta a las infancias estar involucrados en un hecho violento? Para De León es un desafío para el Estado, la sociedad y las familias recuperar un proyecto de vida interrumpido por la criminalización, estigmatización y la vulnerabilidad frente a la violencia.

La psicóloga analizó además que casos como la niña de Huehuetenango terminan desarrollando un trauma o estrés tras el ataque. “Tenemos un proyecto de vida interrumpido y por las razones que sea, es una niña que va a tener dificultades adaptativas en todo el proceso de desarrollo. Y al final por la edad que tiene y las circunstancias que desconocemos, la situación es bien compleja”, comentó.

¿Actúo en defensa propia? Es una respuesta que aún se desconoce debido a que la investigación está bajo reserva. Sin embargo, la directora de Servicios Victimológicos del Instituto de la Víctima comentó que el ataque, la huida o la parálisis son reacciones normales de cualquier ser humano siendo la parte más instintiva.

“Pero la reacción de la niña se pudo haber dado ante un evento que ella no sabe cómo controlar. Estamos más preocupados porque no se les enseñe a los niños sobre sexualidad en las escuelas y no hablamos de resolución de conflictos alternativos. El caso de esta niña solo es el síntoma de algo que está pasando en nuestra sociedad y que le debemos a nuestros niños”, afirmó De León.

Por otro lado, la psicóloga agregó que el caso también es el reflejo de la falta de integralidad de las instituciones del Estado como el sistema de justicia, el Ministerio de Educación, el sistema de salud, por mencionar algunas. En ese sentido se hace necesario que cada entidad asuma su responsabilidad.

“Si no lo vemos en integración no podríamos dejar de pensar si realmente es alguien que ha sido victimizada porque este tipo de reacción no es un aprendizaje natural, nos dice mucho sobre dónde y cómo fue criada, qué es lo que ha visto, y a qué ha sido expuesta y eso la hace una probable víctima”, agregó De León.

En cuanto a la sociedad, los señalamientos y desinformación crean un mito urbano que termina por “villanizar” a la niña en una cultura del castigo. Pero se olvida que es un ser humano en desarrollo y que además necesita cariño, seguridad, etcétera.

“¿Qué necesita alguien para tener un desarrollo realmente sano? Empieza por espacios sociales dignos, escuelas, por familias que tengan los recursos suficientes para vivir de una manera digna. Tiene mucho que ver con dignidad por eso es que digo que es una responsabilidad social, el caso de la niña de Huehuetenango solo es el síntoma de todos nuestros problemas”, enfatizó De León.

Fuente: https://prensacomunitaria.org/2025/08/infancias-vulnerables-frente-a-la-violencia-que-le-estamos-debiendo-a-la-ninez/