Publicado: 20 agosto 2025 a las 6:00 am
Categorías: Ciencia
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Por Martín Nicolás Parolari
El telescopio James Webb ha revelado un secreto celosamente guardado por Urano: una luna de apenas 10 kilómetros de diámetro, invisible incluso para la Voyager 2 en su histórico sobrevuelo. El hallazgo no solo amplía el número de satélites del planeta, sino que también plantea nuevas preguntas sobre su misteriosa dinámica interna.
Durante casi cuatro décadas, Urano pareció haber mostrado todos sus rostros a la ciencia. Sin embargo, la sensibilidad del telescopio James Webb acaba de demostrar lo contrario: el gigante helado albergaba un pequeño satélite oculto que ahora irrumpe en la historia de la astronomía. Su descubrimiento no solo completa un inventario, sino que también abre un nuevo capítulo en la comprensión del planeta más enigmático del sistema solar.
El 24 de enero de 1986, la sonda Voyager 2 pasó a pocos miles de kilómetros de Urano. Registró anillos, atmósferas y varios satélites, pero esta pequeña luna —de tan solo 10 kilómetros de diámetro— logró mantenerse fuera de su mirada. La razón: su escasa luminosidad y su reducido tamaño, características que la hicieron imperceptible para la tecnología de entonces.
Hoy, el James Webb, con su cámara infrarroja NIRCam, logró localizarla en diez imágenes de larga exposición tomadas en febrero de 2025. El hallazgo fue confirmado por especialistas del Southwest Research Institute de Colorado, quienes destacaron que se trata de un descubrimiento imposible con los telescopios previos.
El nuevo satélite se convierte en el decimocuarto de las pequeñas lunas interiores de Urano, sumando un total de 29. Su órbita, casi circular, se encuentra a unos 56.000 kilómetros del centro del planeta, en un delicado equilibrio entre Ophelia y Bianca. Los astrónomos señalan que esta configuración sugiere un origen cercano a su posición actual, reforzando la idea de que Urano posee una historia dinámica y aún incompleta.
Matthew Tiscareno, del SETI Institute, subraya que “ningún otro planeta tiene tantos satélites interiores tan pequeños como Urano”. Esto alimenta la hipótesis de que podrían existir más cuerpos escondidos en las inmediaciones del planeta, invisibles hasta ahora.
El descubrimiento es también un triunfo tecnológico. El telescopio James Webb, concebido para mirar los confines del universo, demuestra aquí su capacidad para revelar secretos dentro de nuestro propio vecindario cósmico. Su sensibilidad infrarroja y su resolución abren la posibilidad de detectar objetos que habían permanecido ocultos a generaciones de astrónomos.
La NASA ya adelantó que el nombre oficial de la luna será definido por la Unión Astronómica Internacional, siguiendo la tradición de bautizar a los satélites de Urano con personajes de Shakespeare y Pope. Mientras tanto, la noticia refuerza la convicción de que incluso en los rincones más estudiados del sistema solar, todavía hay misterios esperando ser descubiertos.
Fuente: https://es.gizmodo.com/una-sombra-inesperada-en-urano-la-diminuta-luna-que-se-escondio-durante-decadas-y-que-acaba-de-descubrir-la-nasa-2000186967
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