Publicado: 26 mayo 2025 a las 8:00 pm
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Por José Luis Fernández
Enseñar a los alumnos a comprar con garantías y sin prisas forma parte de los contenidos de educación financiera y para el consumo responsable, que se incluyen en varias etapas educativas dentro del sistema escolar.
En asignaturas como Valores Sociales y Cívicos, Educación para la Ciudadanía o Economía, en Primaria y ESO, se trabajan habilidades relacionadas con distinguir entre necesidades y deseos; leer etiquetas y entender garantías; comparar precios y calidad antes de comprar, conocer los derechos del consumidor, o evitar el consumo impulsivo.
En la FP y Bachillerato, por su parte, hay itinerarios como Economía, Empresa, Administración, o módulos de FP como Formación y Orientación Laboral (FOL), donde se enseña contratación con garantías; derechos y deberes como consumidor; uso responsable del crédito y publicidad engañosa y consumo informado.
Algunos centros incluyen talleres prácticos de educación para el consumo, a menudo en colaboración con organismos como la OMIC (Oficina Municipal de Información al Consumidor) o asociaciones de consumidores. Enseñar a no comprar por impulso, a revisar garantías, y a tomar decisiones informadas busca empoderar a los estudiantes para que sean consumidores críticos y responsables.
TikTok como detonante del deseo. Instagram como fuente de confianza. El algoritmo como motor de impulso. Estas son solo algunas de las claves que revela el I Informe del Observatorio de la Generación Z, elaborado por la Universidad Europea y Prodigioso Volcán, que analiza los hábitos de consumo de los jóvenes de la Gen Z, quienes compran para sentirse bien, pero deciden desde la lógica.
El 70% de los jóvenes toma decisiones de compra fundamentadas en lo que ve en sus redes sociales. TikTok destaca como disparador emocional, mientras que Instagram actúa como canal de verificación. La búsqueda de contenido auténtico es clave: la Generación Z desconfía de la publicidad invasiva y valora la transparencia, las recomendaciones reales y la estética cuidada.
El 61,8% de los encuestados declara que compra buscando satisfacción personal y bienestar. Pero no es una generación impulsiva, sin filtro: la decisión final pasa por la lógica de la relación calidad-precio (59,2%) y la experiencia de uso previa (51,8%).
La Generación Z no distingue entre lo físico y lo digital. Eligen el canal en función del producto, la urgencia o la confianza. Pueden probarse ropa en una tienda y comprarla luego en la app. La experiencia de compra es híbrida, flexible y sin fricciones.
La investigación confirma que esta generación rechaza los anuncios invasivos, tanto en Instagram como en TikTok, y muestra una actitud crítica hacia el marketing de influencers. Solo aceptan recomendaciones si hay autenticidad, detalle, identificación y un claro valor añadido.
Aunque la sostenibilidad no es un factor decisivo para la mayoría (solo el 4,2% compra siempre productos sostenibles), sí existe una sensibilidad creciente hacia causas específicas como el bienestar animal. Los productos “cruelty-free” generan atención, aunque también algo de escepticismo.
Pese a que comparan y evalúan antes de comprar, no son inmunes a los disparadores del impulso: aburrimiento, descuentos limitados o contenido auténtico pueden activar la compra inmediata. Eso sí, las emociones positivas predominan: el 75,9% se muestra satisfecho con su última compra, incluso en casos impulsivos. El fenómeno «girl math» es un claro ejemplo: las consumidoras racionalizan emocionalmente sus compras cuando perciben que están «ahorrando» dinero.
Más que devoción por una marca, buscan consistencia. Repiten con aquellas que les ofrecen calidad, buen precio y una experiencia fluida. La fidelidad no se compra con descuentos, se gana con coherencia y confianza.
El informe destaca la necesidad urgente de que las marcas comprendan que las expectativas de la Generación Z no solo se limitan a la calidad del producto, sino a cómo interactúan con las marcas a nivel digital y emocional. Así, el estudio señala que las empresas deben adaptarse a una comunicación que valore la autenticidad, la rapidez y la confianza. Este es el camino para crear relaciones duraderas con un consumidor cada vez más informado y exigente.
El estudio combina una encuesta cuantitativa a 382 personas con un focus group cualitativo, y ofrece una radiografía actualizada del comportamiento de esta generación en un entorno digital, emocional y altamente conectado.
Fuente: https://exitoeducativo.net/la-generacion-z-educados-por-las-rrss-en-un-consumo-responsable/
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