Publicado: 18 mayo 2025 a las 6:00 pm
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España, 18 de Mayo de 2025, Por: Ana Monreal, https://www.diariodelaltoaragon.es
El apagón fue el colofón que ha marcado el aumento de clientes de estas empresas
Una clase en los Pirineos aragoneses dirigida a niños y niñas. Kodiak
El apagón nacional del pasado mes de abril descubrió una sociedad en la que tener una radio física o incluso velas en casa no es tan común como la situación lo amerita. A esa emergencia se le pueden unir la dana, la borrasca Filomena e incluso los avisos de erupción del volcán de Las Palmas entre las catástrofes climáticas que han arremetido al país en los últimos años. Como resultado, las escuelas de supervivencia registran un aumento entre sus clientes. Este es el caso de Kodiak, un centro ubicado en Jaca con 10 años de experiencia en la educación sobre la supervivencia.
Su director técnico, Jokin Pallarés, explica que “con la dana, la pandemia y el apagón la gente se está dando cuenta de que somos vulnerables” y por eso, una de las reacciones está siendo buscar más información en instituciones de este tipo para saber cómo reaccionar ante estas situaciones. Esta entidad en concreto realiza sus ejercicios en zonas privadas de los Pirineos aragonés y navarro, como son Santa Cruz de la Serós y el Valle del Roncal.
Desde esta agrupación altoaragonesa, su director defiende que “pensar esto a mi no me va a pasar o esto solo pasa en las películas, no es inteligente hoy en día con las cosas que pasan”.
A esta mentalidad le añade la preparación teórica, “tener una formación es fundamental, más que tener una mochila de 72 horas”. promover los conocimientos sobre montaña que provienen de su abuelo, ya que, como él mismo asegura, “la gran iniciativa que tenemos es la conservación de la naturaleza y que se vea que es mucho más importante tener formación en primeros auxilios u orientación, que tener un cuchillo enorme”, resume Pallarés.
Además, entre los consejos que recomienda el instructor, señala “disponer de un potabilizador de agua en casa y una radio para escuchar mensajes de emergencia”. Unas instrucciones que han mantenido desde el origen de esta escuela, porque “lo que nos ha pasado a nosotros, que hemos tenido que aprender a golpes, se lo regalamos a la gente a través de esta manera para que no les pase”.
Para argumentar esta visión explica que “en cualquier pueblo del pirineo el pan llega solo los miércoles, la gente tiene leña porque se la prepara en verano, tiene velas porque se va la luz. Lo que pasó a nivel de España, pasa cualquier día en esos pueblos en invierno”. Justificación que se une al objetivo del inicio, esa iniciativa contra el olvido de lo que hacían hace dos generaciones, “nuestros abuelos que eran los auténticos supervivientes, los que han pasado guerras, hambre, han sido comerciales e inteligentes con los demás para sobrevivir”, especifica el director desde Jaca.
A través de cursos de medio, uno, o dos días los instructores enseñan los pilares básicos sobre el agua, el refugio, el fuego, la alimentación, la orientación, botánica, herramientas y flora y fauna salvaje.
Entre los más especializados que ofrecen cuentan desde dedicados a las salidas con perros a la montaña, sobre primeros auxilios en la naturaleza, hasta de orientación.
Pallarés asegura que no son cursos físicos, sino que: “Salimos de la zona de confort dentro de un espacio controlado”.
Durante esas lecciones también hablan sobre los protocolos que hay que seguir en una emergencia y cómo reaccionar ante el pánico y el miedo. Según el director lo más importante en una situación de supervivencia es “bajar el ego, ser más solidarios con los demás” y añade “pensar que las otras personas pueden no ser tan fuertes como tú. Hace falta conocerse para estar en equipo, así funciona un grupo”.
Las acampadas se hacen en terreno privado de la empresa Kodiak
Algunos de los clientes que acuden a estas instalaciones son guardias civiles, militares, montañeros, pescadores, senderistas, gente a la que le gusta viajar, fotógrafos, trabajadores de ONG y familias con niños. Aunque, el cliente número uno, según el director, es el que “realmente quiere aprender” y nombra como típico cliente el “joven que ha pasado de correr por el parque de su ciudad o de hacer una media maratón a, de repente, subir al pico del Aneto en dos horas y media. Entonces se da cuenta de que no tiene ninguna formación en montaña ni primeros auxilios”.
Fuente: https://www.diariodelaltoaragon.es/noticias/comarcas/2025/05/18/una-escuela-para-aprender-sobre-supervivencia-en-los-pirineos-aragoneses-1824163-daa.html
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