Paula Giglio es una poeta y narradora nacida en Córdoba, Argentina, en 1988. Licenciada en Filosofía (Universidad Nacional de Córdoba), ha publicado los libros de poesía Ella, naturaleza (Babel, 2012), En el cuerpo (Del Dock, 2016, reeditado por Liliputienses, 2022), Un lugar para mis piernas largas (Caleta Olivia, 2018), La risa loca de los ángeles (Primer Premio Centrifugados de Poesía Joven, Liliputienses, 2018), Hoy llueve en el mundo (Caleta Olivia, 2019) y Alguien me espera en casa (Caleta Olivia, 2023). En 2017 participó del XII Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires y de la 33ª edición del Festival International de la Poésie de Trois-Rivières, Canadá. Publicó el libro de relatos Teoría del equilibrio (Vox/Lux, 2022). Formó parte de la antología de poetas mujeres Otros colores para nosotras (Ed. Continente, 2018). Algunos de sus poemas fueron traducidos al alemán para la revista Alba, lateinamerika lesen y otros fueron publicados en las revistas Vallejo & Co. y Buenos Aires Poetry.
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Principio antrópico
Una palabra más
y se rompe el equilibrio.
El agua líquida no es casual;
tampoco la distancia
entre el Sol y la Tierra:
un poco más acá, y seríamos vapor;
un poco más allá, y seríamos de hielo.
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Gravedad
Pareciera que respondemos
a los vicios de la naturaleza.
Algo se cae y alguien lo levanta:
es un instante.
De lo contrario, la gravedad se ensaña
con el vaso de vidrio,
aunque después se arrepiente
y nos deja pegar los zapatos al piso
también la escoba
y todos los vidriecitos quietos
a la espera de las leyes de movimiento.
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Cambios
Mi color de pelo
que sobre el negro parece rubio
y sobre el miedo parece fuerte.
Me olvido de cómo es en otoño:
lacio, suave, pelo de muñeca de antes.
En verano estalla:
se vuelve rojo y enrulado.
A mí no me cuesta adaptarme.
Me cuesta permanecer.
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El nudo
La cortina de tu casa
atada por el medio
con una cinta de raso.
Del otro lado del vidrio, un árbol
henchido de limones.
Vos, cuando oscurece,
cerrás todo lo que estaba abierto:
tapás la yerba y me ofrecés un té,
desatás la cinta, la cortina cae,
y yo siento
que acabás de desprenderme algo.
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Metáfora del café
Ingerir
el líquido caliente
para que la boca lo quiera
en taza con manija
así la mano no se quema
con una cucharada de miel
para que ingrese la fructosa
que se convertirá en glucosa
de donde saldrá el oxígeno
que viajará por la sangre
si uno se olvida
de respirar.
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Puntos de vista
1
En este paisaje
las nubes van quedando abajo.
Aparece y desaparece
una vida en miniatura.
Si me lo propongo,
este espacio puede ser mi hogar.
La calidez no se pierde
a pesar de los roles.
Hasta podría cuidar una planta
de interior presurizado
a diez mil metros de altura.
Viviría más tiempo
que las plantas de la tierra;
el viento le resultaría un monstruo.
2
Me traslado a lo que podría ser
una miga de pan en el mapa.
Viaje de un espacio a otro
pero viaje en el tiempo: todo es colonial.
El mar será el elemento uniforme,
una pizca de “soy siempre la misma”.
No se puede fumar con tanto sol.
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